PROPUESTA DRAMATURGICA Y ESTÉTICA

PROPUESTA DRAMATURGICA
El proyecto de “Deseo” surge dentro del marco de estudio de la tragedia griega en el contexto de la Diplomatura de Teatro de la USAM dirigida por Cristina Banegas.
El trabajo se desarrolló alrededor de “Las Troyanas” de Eurípides realizando un estudio profundo sobre los componentes trágicos y su vigencia a través de los tiempos.
Sobre este último tema surgió la necesidad de crear una tragedia moderna basándome en una temática que abarcara a la humanidad entera y que tuviera relación directa con la actualidad. Tomando los personajes míticos de Helena de Troya y Casandra decidí formular una historia propia usando a esas dos mujeres con sus características clásicas pero cambiando la conocida historia para darle un nuevo enfoque a lo que entendemos por trágico. En esta versión Casandra y Helena son tomadas por el deseo que las hará conocer el amor como premisa de un final funesto.
La obra toma como excusa el deseo sexual para hablar del deseo en general, de las limitaciones, contradicciones y pesares que el mismo trae aparejados. Enfrentarse a tomar decisiones vitales como la identidad, la libertad de pensamiento, la rebeldía hacia modos pre establecidos y la formación de una sociedad sin prejuicios arcaicos hacen eco en este trabajo.
La exploración del mundo femenino es otro de los pilares de esta obra. Todos sus personajes son mujeres, pero mujeres masculinizadas. Son mujeres que no son decididas, sino que deciden sobre su propio destino. No cumplen órdenes, son sus propios artífices. Mujeres cumpliendo roles que fueron concebidos para ser resueltos por hombres o quizás hayan sido mejor aceptados cuando estos los protagonizaban.
Aquí las mujeres son infieles, escapan con sus amantes, gritan verdades que nadie quiere oír, gobiernan, tejen y destejen situaciones, y por sobre todas las cosas: existen. Es una indagación al lugar que la mujer ocupa hoy día, un reflejo del poder que ha tomado a través de los tiempos. Mujeres guerreras, tenaces, ambiciosas. Cada una cumple de esta manera un rol representativo: Afrodita es la representación del amor perverso, Las Moiras de la muerte, Hécuba del poder y la moral, Casandra del deseo y Helena de la lujuria y la belleza, pero no desde un lugar banal, aquí la belleza es portadora de maldad, de oscuridad y tragedia.
Creo en el teatro como crítica y como espacio formador, un espacio de búsqueda donde poder compartir las pequeñas impresiones del mundo de un modo poético para generar la conmoción y posterior reflexión sobre los hechos. La ironía, la parodia, la saturación de los rasgos trágicos son algunos de los recursos utilizados no sólo para criticar sino también para rendirle homenaje a uno de los géneros fundantes del teatro.[1] ¿Por qué una tragedia hoy en día? Quizás nuestra realidad no se aleje tanto de ese concepto. Quizás vivamos rodeados de tragedias, pequeñas tragedias que acontecen todos los días mientras el mundo sigue girando.





PROPUESTA ESTETICA
El objetivo principal de la puesta consistió en la concepción de un nuevo signo trágico a partir del estereotipo que reina en el inconsciente colectivo sobre la actuación clásica. Para cuestionar ese modelo base apelamos a una transposición estética, a partir de referencias clásicas de lo griego hacia conceptos y referentes visuales de la modernidad como búsqueda de la resonancia en la actualidad. Un cruce entre lo antiguo y lo moderno constante. Una fusión de esos dos conceptos a veces antagónicos. Así se hace presente la estética del videoclip conviviendo con un texto poético apoyado en una actuación que tiende al expresionismo. Al hablar de expresionismo nos referimos a la saturación de todo signo, premisa del abordaje del proyecto. Todo está corrido de su eje original apelando a una modificación y a un extrañamiento de los comportamientos estéticos. Al teatro como homenaje de lo espectacular, de la representación de lo ficcional en su máximo exponente.
Actuación, vestuario y maquillaje inundado por la calidad de lo extravagante.
La escenografía de la obra no es más que una pantalla que cubre todo el ancho de la escena para reforzar la presencia de la estética pop, el videoclip, como referencia de la inmediatez, de imágenes desbordantes, lo multimedia como signo de espectacularidad y actualidad. La construcción de los videos acompaña la narrativa de la escena a modo de escenarios cambiantes que interactúan en presente con los actores impregnándose en sus cuerpos, cuerpos que son, o que han sido, atravesados por ese concepto visual que es el video clip con todos sus referentes modernos.
El extrañamiento de los comportamientos actorales es una desfiguración, una re significación de las actrices de la época de oro del cine americano, de esa exageración de la representación, teñidos de caracteres rebuscados con pinceladas sombrías de oscuridad.
Una mirada sobre actrices referentes de la teatralidad trágica, de artistas de la música con identidades específicas y divergentes. Una búsqueda sobre la construcción de cada cuerpo entendiéndolos como individuos únicos y particulares en el espacio, con una corporalidad determinada y teatral. Llevando al límite esas posibilidades escénicas de los cuerpos deformados para construir seres ficcionales escritos en un papel en seres tridimensionales en un presente efímero.
La obra ahonda en el universo de lo femenino a través de mujeres “masculinizadas”. Como puesta decidimos que los personajes de Casandra & Helena sean interpretados por hombres como una afirmación de dos aristas principales: primero porque el teatro en la antigüedad era una actividad que solo realizaban los hombres, y segundo porque la obra habla del deseo dentro de una tragedia, ambos conceptos universales sin importar sexo, etnia o religión.
Casandra & Helena no están enfocadas desde la representación de lo femenino a modo de cliché sino que bordean lo andrógino, lo universal. No importa si es un hombre o una mujer.
Es, y con eso basta. La sensualidad de lo misterioso. Reforzando así el conflicto presente en la obra sobre la identidad sexual, y profundizándolo a través de un abordaje que tiende al extrañamiento.
Llevando al máximo lo relativo a la saturación aparece la estética de lo glam trabajando en conjunto con lo pop, lo punk, lo trash. Estéticas que bordean la imagen del cómic. Personajes clásicos mitológicos concebidos como estrellas de rock, de pop atemporales y con calidad de eternos. Afrodita es un claro ejemplo de este tratamiento representada a través del desborde de la sexualidad, del desborde de la perversión. Las Moiras como culto a la muerte, a lo oscuro, seres fantasmales con cuerpos de humo. Hécuba conserva, en cambio, una posición más clásica en relación al personaje, construido alrededor de pilares morales y arcaicos.
DESEO es una traducción temporal de lo entendido por trágico. Una ruptura de esa estructura. Una resonancia moderna. Hacer ese traslado a una presente como el de hoy es la intención de base de la puesta, apelando a recursos poco usuales, explorando la realidad teatral actual tan falta a veces de “teatralidad”; de teatralidad monstruosa, única e irrepetible.


[1] Considero que en la actualidad al término “parodia” se le han atribuido infinitas significaciones. Cabe
aclarar entonces que trabajaré con el concepto definido por Patrice Pavis ”(…) El discurso parodiante
nunca debe hacer olvidar el objetivo o blanco parodiado si no quiere perder su fuerza crítica. En un
grado muy superior a la imitación grosera o la caricaturización, la parodia muestra el objeto parodiado
y, a su manera, le rinde homenaje. En el teatro, ello se traducirá en una ganancia de teatralidad y en una
ruptura de la ilusión por la excesiva insistencia en las marcas del juego teatral” Patrice Pavis;
Diccionario del Teatro, Pg. 328; Ed. Paidós 1998